¡Practica esta meditación para aliviar los efectos de la luz azul!
1. Encuentra un espacio tranquilo y siéntate cómodamente con la espalda recta. Cierra los ojos y respira profundamente, inhalando por la nariz y exhalando suavemente por la boca.
2. Lleva la atención a tus ojos. Relaja los músculos alrededor de ellos, permitiendo que cualquier tensión se disuelva. Siente cómo se suavizan y descansan.
3. Imagina una luz cálida y suave –como el tono del atardecer– envolviendo tus ojos. Visualiza esta luz relajante entrando suavemente y neutralizando los efectos de la luz azul. A medida que respiras, permite que esa luz dorada calme y renueve la energía de tus ojos.
4. Siente la calma expandiéndose a toda tu cara, relajando tus mejillas, mandíbula y frente. Con cada exhalación, suelta cualquier tensión acumulada en el rostro y el cuello.
5. Permanece aquí unos momentos, respirando con suavidad y dejando que esa sensación de descanso y calidez se expanda por todo tu cuerpo.
6. Cuando te sientas listo, abre los ojos lentamente, permitiéndote regresar con una sensación renovada y de claridad.
Esta meditación, enfocada en la relajación de los ojos y el sistema nervioso, te ayuda a neutralizar la tensión acumulada por la exposición a la luz azul y a volver a un estado de calma.